Muchas personas piensan que los ciudadanos americanos que tienen mucho tiempo viviendo fuera de los Estados Unidos, pierden su nacionalidad. ¿Es esto cierto?
No, es más un mito que realidad. Para perder la nacionalidad estadounidense de forma voluntaria o involuntaria, se necesita hacer algo más que simplemente vivir en otro país; se requiere renunciar a ella o realizar una serie de actos que terminen con su estatus.
Esta confusión se generó a partir de leyes distintas a las actuales, que anteriormente regulaban la nacionalidad americana. De acuerdo a ellas, eran causa de pérdida de la nacionalidad, los siguientes factores:
- Haber nacido fuera de Estados Unidos entre 1934 y 1978, adquiriendo la ciudadanía por uno de sus padres y permanecer fuera de este país por cierta cantidad de años.
- Residir en otro país habiéndose casado con un extranjero.
- Si habiendo adquirido la nacionalidad mediante naturalización no se continuaba residiendo dentro de los Estados Unidos.
¿Qué pueden hacer las personas que en el pasado, perdieron la nacionalidad según las leyes que se aplicaban entonces?
La mayoría de estas personas podría recuperarla, mas sin embargo, esto no quiere decir que sus hijos podrían adquirir la ciudadanía de manera inmediata.
Derechos, obligaciones y otras situaciones a tener en consideración
Los ciudadanos estadounidenses, que viven habitualmente en otro país, conservan derechos inherentes a la ciudadanía. Por ejemplo, pueden tramitar pasaportes y sus renovaciones en las embajadas y consulados. Estas instituciones también les protegen.
Otros derechos a destacar son los de votar en elecciones federales, y en el caso de jubilados o incapacitados, a recibir el cheque del Seguro Social y también transmitir la ciudadanía a los hijos.