Aunque la vida y la experiencia de cada inmigrante son únicas, es normal pensar que será fácil pero, no siempre es así. Tome en cuenta las siguientes recomendaciones:
Los papeles hacen la vida de todo inmigrante, mucho mejor.
En los Estados Unidos actualmente hay unos 11 millones de indocumentados para los que la vida es complicada y no tienen un camino sencillo. ¿Qué es lo ideal? Lograr conseguir la tarjeta de residencia o Green card.
Además de esta hay situaciones especiales como la Parele, el TPS, el asilo y la visa U para víctimas de violencia o la T para tráfico humano.
Sin olvidar, claro, las visas de carácter temporal (visa de trabajo, turista, estudiante)
- Viaja con los ahorros en la maleta
Resulta primordial contar con una base económica. Todo va a depender de la persona, con quien se emigra y sus planes. Es importante tener este apoyo ya que no siempre es sencillo conseguir trabajo a la primera.
- ID
La ID es primordial en los Estados Unidos ya que en este país no existe la cédula ni el carnet de identificación.
De igual forma también hay un número que puede ser pedido por autoridades y es el Número del Seguro Social. Este funciona para rentar una vivienda, contratar la luz, abrir una cuenta en el banco y hasta incluso para la licencia de conducir.
- Inglés y convalidaciones
El inglés es un requisito para el progreso de una persona en los Estados Unidos. Es muy importante tomar clases, prepararse, y convalidar dicho aprendizaje.
Dependiendo de la profesión es posible que se tenga que sacar una licencia o rendir exámenes. Esto afecta a muchas categorías laborales pero muy especialmente a las relacionadas con el campo de la sanidad
- Impuestos, trabajos, salarios
Una de las razones más frecuentes por las que una persona decide dejar su país e iniciar una vida en los Estados Unidos es porque aquí hay mayores oportunidades económicas.
Antes de dar el salto, es recomendable informarse sobre las condiciones laborales en el lugar de destino. Y es que Estados Unidos es un país enorme, con grandes diferencias.
Debe tenerse en cuenta el salario mínimo, los impuestos estatales, los impuestos a las ventas, ya que encarecen las compras, los niveles de desempleo, cuán caras o cuán baratas son las ciudades, etc.